Tu femineidad se sustenta en  tu naturalidad, inteligencia y hermosura. 

Las tres estrategias

En una confrontación directa con el adversario: competidor, rival, etc. La definición de las estrategias es fundamental para alcanzar el resultado deseado. Explicaré algunas.

Ataque al eslabón más débil de la cadena
Basados en las debilidades del rival o bien en lo que te ha dado resultado cuando lo confrontas, se insiste sistemáticamente en el eslabón débil hasta que cede o bien hasta que el rival en su afán de reforzarlo descuida otras posiciones. Es cuestión de tiempo e intensidad en el ataque. Se presupone que el rival trata de subsanar sus debilidades, pero éstas se revelan con las tendencias.

Simulación
Consiste en jugar con las creencias del rival respecto al lugar donde considera que lo atacarás. Deja que el rival lleve al extremo su idea que tiene respecto a la forma en la que presumiblemente lo ofenderás. Su cálculo se fundamenta en tus tendencias ofensivas y las condiciones espacio temporales. Cada confrontación tiene ciertos objetivos y tratar de predecir un ataque con esos fundamentos es minimizar tu creatividad.

Factor Sorpresa
Es la máxima expresión de la creatividad ofensiva. Asignale una posición distinta a la habitualmente desempeñada por un determinado elemento. La condición es que en el pasado, dicho elemento haya realizado la función que se le solicita o bien que haya sido muy bien ensayada la jugada. Es irrepetible y sólo se puede emplear en el momento más álgido de la confrontación y sirve para inclinar la lucha a tu favor.

El momento en que se aplica cada una de ellas depende de las comdiciones de la confrontación. Sin embargo, la tendencia es aplicar el ataque al eslabón más debil y la simulación de manera simultánea y dejar el factor sorpresa para el momento más decisivo de la batalla.

Las nubes de enero.

Tus heladas y humedas caricias se deslizaron en una multiplicidad de cuerpos, rodearon todos los espacios, se aparcaron en cerros y montañas hasta que sus suelos ya no pudieran permear tu rocio. Saciaste la sed de las hojas de los árboles. Se están marcharon a un paso funebre, con pies arrastrándose al suelo. Esas nubes lentas, frías y voluptuosas nos mirarán con desdén cuando nuestros pies pisen el infierno. 

NUBE EXTRAVIADA

Lluvia intespectiva, suave gotas caen en tierra semiárida. Terreno hostil  de zarzas espinosas, cactus violentos y zaguaros indestructibles. La  naturaleza del desierto està incrédula ante una lluvía equivocada.

¿Qué viento te extravío en el valle del infierno?
El mismo que te ha dejado a tu suerte, anclada a la tierra caliente. La miraste con ternura, sin menosprecio ni lástima. Calor frente al frío, agua frente al fuego.

Lentamente cedistes tus gotas al sediento desierto, el mediodía se convirtió en medianoche lluvioso. La lluvia unió al cielo con la tierra. El fuego se convirtió en neblina, vapor de fusión celestial.  La delicada tormenta duro días, meses, el tiempo se extravió ante el inverosímil suceso.

El desierto se convirtió en bosque. Del agresivo paisaje no quedó nada. Musgos cubrieron el panorama marciano ¿Fui tu purgatorio o tu acto de caridad?

El cielo es cruel con el desierto, exprimió toda esperanza que tu humedad me la devolvió. Rios inundan mis veredas antes áridas, borran mis cicatrices, taparon mis heridas. 

Extraño no extrañarte

Es extraño no extrañarte: no sentir tu ausencia. Quizá porque,  aunque estuvimos juntos, fuimos  dos completos extraños.
La complejidad de los signos. 

Las pequeñas ausencias

Se preguntaba si resistiría a la ausencia de ellos. Sus risas se difuminaron en un fría madrugada de invierno. Despertó y sus alegres pasitos no sonaban más por el departamento. No había llantos ni quien acudiera a sus brazos para ser consolado. En el olvido quedaron los frenéticos piecesitos que recorrían los grandes espacios de la habitación. De repente, su corazón se sintió comprimido. Esas pequeñas ausencias eran el todo que llenaba su vida. Entendió que la nada no equivalía a un vacío, sino que éste radica en extrañar el contenido, la esencia del existir. De sus risas, llantos, palabritas, de los sonidos infantiles hasta su eco estaba ausente. Su corazón encogido empezó a envejecer. La soledad se vuelve insoportable cuando la necesidad de estar con lo amado es más fuerte que la convicción de estar contigo mismo. Se preguntaba si esas pequeñas ausencias, esas pequeñitas personas, eran lo que más le importaban en su vida. Se preguntaba si ante esas pequeñas ausencias no desfallecería

Somos lo que decidimos.



Elevar el ancla que nos sujeta al puerto seguro es la tarea más dificil de realizar. Internarse en el oceano aunque sea con rumbo conocido supone una aventura plagada de riesgos. Buscar los tesoros implica ir a puntos lejanos, donde el peligro parece aguardar a cada paso.
Somos hojas gobernadas por el viento. El viento nos desprende de los nuestros padres. Nos arroja de su seguridad. En un segundo momento nos lleva de un campo a otro. Al final, terminamos siendo hojas de otoño que se apiñan con otras con historias similares.
Nuevamente el viento impulsa nuestra barca para conquistar otras tierras, para probar otros sabores, y enamorarse con otros atardeceres o despertarse con otros amaneceres. El viento es quien nos lleva a nuestro  destino.
Uno decide, somos lo que decidimos. Nuestras decisiones impulsan a nuestros destinos. Las decisiones son el viento que nos arroja de los árboles, nos lleva a otros campos. Es quien empuja nuestra velas. Es quien me ha llevado a conquistar otras tierras.